martes, 24 de septiembre de 2013

Sin nada me mata.

Sin nada yo que decir
abro al mundo mi alma.

Pensativo que vivo estos días
sin una gota del elixir de los poetas.

Irónica la broma de la vida.

Poeta que soy, aunque no de sangre casta,
y sin inspiración alguna que me inundan estos versos.

Que pareciese que si un poeta no es desgraciado
se desvanece la poesía.

Que esos labios que nada dicen y solo fluyen sobre el papel
están tan callados que abruma.

¿ Puede que sea un cambio del corazón ?
Pues si es así, nuevos caminos que elegir
abren sus puertas.

En paz siento yo mi alma, feliz, dichosa,
pero mi mente no encuentra del todo la calma...

Las dudas ahora más disipadas se ven, pero igual,
del mismo modo que unas se van, otras vienen,
y mi curiosidad, más grande que todo lo que soy,
está más alterada que nunca.

¿ Será que llega mi momento ?
¿ Será que aquello que tanto anhelo realmente llegará ?
Dichosa vida que nos angustias hasta el momento de la verdad.

¡ Y sí !
Y que revolotea todo mi interior de felicidad
cual pájaro que escapa de su jaula.
¡ Y sí !
Una a una estas cadenas se desvanecen.

Mas sin embargo, ¿ qué viene a hacer aquí el miedo ?

Y tan confuso otra vez...

Y cual estrella fugaz la alegría pasa a través de mí como una bala ardiendo,
que cuanto más se acerca, más duele,
y cuando se va, me mata...