viernes, 10 de enero de 2014

Noches.

Las noches en vela
leyendo tus cartas
se pasan tan frías, tan tristes,
tragándome las lágrimas
como si nada hubiese ocurrido.

Me tiro en la cama pensando
en lo que no hice
para verte reír y feliz,
para que te quedaras en mí.

Y amiga mía
ahora estás tan lejos.
Mi corazón te extraña
y se desarma ,
y es que te necesito
como el agua de cada día,
y quiero verte una vez más.
necesito tu fe.

No pasa un día
en el que no te recuerde,
siempre pensando en qué harás,
si estarás bien.

Y no tengo ya fuerzas
para reír otra vez,
mi alegría y calor
se fueron de tu mano,
y nunca olvido tus besos
y siempre anhelo tus abrazos.

Siento.

Siento que mis alas
rotas están,
cuando si no arrancadas
de mi carne.

Anhelo yo qué es felicidad,
tantas veces va y viene
que la dí por perdida.

Esta enorme desesperación
que en mi regurgita
no es más que mi corazón
suplicando piedad
para no ser llevado a la oscuridad,
para seguir sin más dudar.

Extraño yo el aliento
que me falta,
el que devuelve
la esperanza y la cordura,
 el que dulcemente abraza el alma
llenándola de paz.

Tan así necesito
volver a nacer,
otra vez alzar mi vista
al cielo añil y encontrar
mi absurda razón de vivir.

Pues no es más
que tinieblas y sombras
lo que siempre he visto,
y tanto es que lo necesitan mis ojos
que sin temor alguno deseo descubrir
el verdadero calor del sol.

Viva habitaba.

Tan viva como el hielo
mi alma desgarra
todo pensamiento
que en mi mente aflora.

Eliminando todo tipo
se feliz sentimiento.

Tan rota como las hojas
en invierno
evade mi alma
cualquier sensación inútil.

Tan rígida como un tronco
mi alma solo es capaz
de dejar caer una última
tibia lágrima
sacada de sus entrañas
que libre hace
al último esbozo de sentimiento
que en ella habitaba.

Y yo

¿ Y qué si mis labios deseosos
besan los tuyos ?

¿ Y qué si mis manos
pasean en tu piel tersa y pálida ?

¿ Y qué si mi calidez
encarcela tu frialdad ?

No hago pecado alguno
en amarte y desearte
más que muy apasionado.

Sabes tú que mi corazón
solo obedece al tuyo.

Que es mi ansia de vivir
el que tú suspires por amor o dolor,
por lo que quiera que sea,
y ser yo quien los guarde
todos y cada uno
bajo llave para que no vuelvan a escaparse,
para acunarlos yo.