¿ Y qué si mis labios deseosos
besan los tuyos ?
¿ Y qué si mis manos
pasean en tu piel tersa y pálida ?
¿ Y qué si mi calidez
encarcela tu frialdad ?
No hago pecado alguno
en amarte y desearte
más que muy apasionado.
Sabes tú que mi corazón
solo obedece al tuyo.
Que es mi ansia de vivir
el que tú suspires por amor o dolor,
por lo que quiera que sea,
y ser yo quien los guarde
todos y cada uno
bajo llave para que no vuelvan a escaparse,
para acunarlos yo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario