miércoles, 4 de diciembre de 2013

Cual grito.

Cual grito en la noche de agonizante terror
se alza mi corazón en mi pecho
como mil canciones fuera de compás y sin sentido,
tratando de escaparse aún sabiendo que es libre.

Reclama mis oídos cual gallo llama al sol
que le escuchen y tomen palabra,
pues do quiera que quiera ir
es más que imposible.

Platónica hazaña la de este corazón perdido en su querer,
que mata mis adentros, quemando mi pensamiento,
abrumando mi vista, robando mis sentimientos.

Ni que potro salvaje cual viento le llama en su busca,
este corazón sepa de su libertad.

conste siempre encarcelado para no sufrir sus estragos,
pues tan inmensa es su pasión que arrasaría los mares,
lagos, pantanos y ríos que cruzase en su empeño de volar
hacia lo salvaje.

¿Qué puertas cerradas ? ¿Qué puentes rotos ?
Si sólo con esa mirada con la que busca
aquellos ojos que anhela, derriba y salta
todo y por todo.

Que nunca se olvida que un día estuvo en tus manos,
en tu pecho y en tus labios,
que si te extraña es porque no le olvidas.

Y que si tus labios le pronunciasen, rompería las cadenas
que le mantienen preso, y con su amor, pasión y esperanza
embravecidos y engrandecidos, hasta ti con la vista al frente iría,
sin importar qué, cómo, ni cuando y menos dónde.