lunes, 6 de mayo de 2013
Tan dicho
Tan poco y tan simple lo que tengo que decir,
que no es que tenga que decir, es que quiero decir.
Tan poco y tan simple como nada.
El que nada dice es que todo lo dice.
Y es mejor el que no sabe nada
que el que sabe algo, porque más inocentemente vive.
Y no tengo nada que decir; no es que no quiera decir nada,
pero si no quiero es porque no hay nada que hablar.
¿ Acaso hablas tú sin nada que decir ?
Y sin querer decir nada, sigo,
que no es que no quiera, es que no tengo.
Ni quiero ni tengo nada que decir.
Y tan azul sigo viendo mi alma
como cuando tengo todo que decir y más.
Y tan hondo respiro, con la lengua reposada
en su cueva y sonriendo al no tener nada que decir.
Disfruto el silencio. Que no es silencio.
Es dulce música que brinda la naturaleza.
Y sin nada que decir miro al cielo,
y lo veo tan azul y tan ancho
como mi alma con su calma
de no tener nada que decir.
Y sigo sin decir nada, mirando
tranquila cada ave que vuela.
Y no diciendo nada qué bella es la vida.
Mas sin embargo, sin decir nada,
nadie es nadie, y nada es nada.
Mas cómo sin decir nada,
¡ Cuánto he dicho !
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