jueves, 14 de noviembre de 2013

Carta de amor perdida.

Querido pasado que ya no tiene futuro.

  Viajaba yo vagabunda sin saber a donde iba ni por qué seguía caminando, dando vueltas sin sentido a un terreno muerto y oscuro. Pero en una de esas vueltas todo cambió.

Una luz pequeñita se paró ante mí, sin dejarme pasar. Me senté y empecé a observar esa luz, a investigarla, a preguntarme por qué brillaba, a preguntarme por qué se paró en mi camino, por qué no me dejaba marchar.

Según pasaban los días, esa pequeña luz se hacía más grande, más brillante y más cálida. Me inundaba de felicidad pensar que esa luz estaba dejándose ver cada vez más ante mí y solo para mí.

Con el tiempo la luz tenía un cuerpo, una voz suave y dulce, una sonrisa perfecta, unos ojos profundos y unas alas grandes, tan blancas como puras.

Me tendió la mano y yo sin dudar la cogí y echó a andar ese ángel que entonces tenía delante de mí. Sin darme casi cuenta, el camino ya no era un círculo sin salida, era recto, seguro, sin final. La hierba crecía y era más verde con cada paso que daba y la niebla comenzaba a disiparse, dejando ver el claro cielo.

Entonces lo entendí... Tú eras el ángel de la guarda que tanto había esperado, el sol que iluminó mi camino y me salvó de las tinieblas, el calor que descongeló mi triste corazón.

Crees que eres un ángel caído cuando eres un ángel protector lleno de bondad y amor, tal vez cansado del arduo camino por el que vamos, y por mi pesada carga nada fácil de llevar que a veces sin querer apaga esa luz que en ti habita.

Puede que el estar junto a mí sea un martirio, no soy más que una persona mimada que estaba perdida y ahora abusó de tu bondad, pero ahora que sé el daño que te he causado te pido perdón y que me dejes entrar en tu corazón para curarlo y llenarlo de mi amor...

Nunca dejaré que es preciosa luz que tanto amo se extinga ni que nuestras manos se suelten...


                               Carta de Amor Perdida.




A veces no entendemos qué es lo que ha pasado para que el amor se extinga entre dos personas sin haberse dado cuenta y sin haberse hecho nada. Ahí el problema. No hacemos nada, solo dejamos pasar el tiempo sin atender a pequeños detalles que pueden hacer un día cotidiano el mejor día de la semana, o conseguir sacar una sonrisa de las que tanto nos enamoran.

Hoy en día se ha perdido el valor del amor, al menos es raro ver a alguien que de verdad busca el amor de esa otra persona que tanto quiere cuidar. No hay romanticismo tampoco... Pues ¿ Dónde quedan las cartas de amor ? ¿ Dónde quedan las flores, los besos tímidos y el desesperar por la ausencia ? ¿ Dónde queda ese " Amante a la antigua " de Roberto Carlos ?

A veces creemos que las películas y las canciones. eso son, y nada más. Pero realmente es como rescatar aquello que se está perdiendo, el hacer verdaderas locuras por quien nos importa realmente, el sentir a piel abierta cada sentimiento que nos inunda cuando estamos con esa persona y hacérselo ver. Nadie se entrega totalmente por miedo, por no querer sufrir. Que la sociedad se esté volviendo fría y convencional está dañando nuestra verdadera naturaleza.

Cuantas veces habré escuchado a mis padres hablar del juego de yo te busco y tú vienes a mí, me voy yo y me buscas tú, vuelvo contigo y te haces la remolona, así es como ellos se enamoraban más y más uno del otro, es como se iban conociendo, como iban tomando confianza, como nació un amor que ya perdura casi 30 años.

Ya no existe el amar por amar, el dar amor sin necesidad de que inmediatamente te lo den a cambio. No se lucha por lo que realmente queremos, porque no nos conviene del todo o porque nos ata demasiado a una situación que nos complica la vida.

Nadie se complica la vida sin necesidad por hacerla más interesante y llenarla de amor que luego puede dolernos en el alma. Y a mi parecer el amor es un fuerte flujo que influye en nuestra fortaleza.

Estoy seguro de que si yo no me esforzase y diese todo de mí por estar con alguien, me dolería mil veces más el arrepentimiento de no haberlo intentado que el hecho de no haberlo conseguido o haberlo perdido. Porque el amor es un vaivén que hasta que no madura y encuentra a su verdadero corazón complementario, pues no para quieto.




No hay comentarios:

Publicar un comentario