miércoles, 24 de julio de 2013

Querido Alzehimer.

Querido Alzehimer :

Sé que acabamos de conocernos, pero algo me dice que somos amigos desde hace mucho más tiempo.

Puede ser que hayas estado presente ya en muchos momentos de mi vida, como aquel día en que le pregunté a mi madre quien era el tipo de la barba que había en el sofá.

Recuerdo que siempre me llevabas de la mano a trabajar y me decías que no mirase a mi jefe, que no le saludase, y yo te hacía caso como una niña pequeña obediente.

Hay muchas cosas que a lo largo del día alejas de mi, como a mi hijo, a mi esposo, o la vasija que me regaló aquella mujer mayor que se parecía tanto a mi.

Creo que eres un gran amigo, porque siempre estás a mi lado, nunca sueltas mi mano.

Y aunque pienso que eres mala compañía no puedo soltarme de ti. Me agarras tan fuertemente que me duele la mano, y me gustaría cambiar tu forma de ser, porque vas engañando a mucha gente que no se lo merece.

Sé que no puedo cambiarte, estás hecha para hacer daño a la gente y esa es tu misión.

Cuanto me gustaría decirte esto todos los días, a ver si te dabas cuenta y me hacías un favor al irte, pero es que... Mañana no me acordaré de ti, y estas palabras...

Estas palabras se las llevará el viento.

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