Quieres que tras de ti corra
de las manos amarradas,
si bien es que mi corazón
a ti reclama todo cariño
cual alberga el tuyo.
Granos de arena viajando por el viento
si copos de nieve pareciesen,
es que cuales suaves nubes blanquecinas
como olas arrancadas del mar,
me dan envidia por a ti quererte
y yo solo poder contemplarte.
Si que de la inocente risa tuya
pareciese ver yo perlas cristalinas
como nunca antes
mis ojos pudiesen haber visto.
De los colores del arcoiris
teñidos tus luceros,
que me escandilan como
el sol al cielo.
Fina porcelana que recubre tu cuerpo,
quisiera yo acariciar con mis dedos,
mis dedos suspirantes de recoger los tuyos.
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